1- Inicie la historia describiendo un mundo paradisíaco, e imposible con muchos colores.
2- Ponga como protagonista a un ser humano común y corriente.
3- Haga que el humano ingrese accidentalmente a ese perdido y único mundo de magia.
4- Dirija a su protagonista a explorar y recorrer el lugar desconocido.
5- Procure que el humano se cruce con duendes, hadas, y unicornios en su camino (los duendes, las hadas, y todos los animales, deben poder hablar).
6- Proponga una amenaza para el personaje. Incorpore un malvado y gigante dragón (los personajes malvados no pueden hablar, solamente se dedican a rugir y tirar fuego).
7- Si quiere añadir más emoción, puede incluir una maldición que limite a nuestro personaje.
8- Ponga obstáculos para que el humano no pueda escapar de ese mundo.
9- Tenga en cuenta el factor "esperanza", e incluya a un sabio mago, para ayudar al protagonista.
10- Finalmente, deje que el humano se encuentre con el mago y le quite la maldición.
11- En las últimas páginas, logre que el personaje se encariñe con ese lugar y ya no quiera escaparse.
12- Utilice los últimos renglones para escribir diálogos con importante carga emotiva y moralejas infantiles.
2- Ponga como protagonista a un ser humano común y corriente.
3- Haga que el humano ingrese accidentalmente a ese perdido y único mundo de magia.
4- Dirija a su protagonista a explorar y recorrer el lugar desconocido.
5- Procure que el humano se cruce con duendes, hadas, y unicornios en su camino (los duendes, las hadas, y todos los animales, deben poder hablar).
6- Proponga una amenaza para el personaje. Incorpore un malvado y gigante dragón (los personajes malvados no pueden hablar, solamente se dedican a rugir y tirar fuego).
7- Si quiere añadir más emoción, puede incluir una maldición que limite a nuestro personaje.
8- Ponga obstáculos para que el humano no pueda escapar de ese mundo.
9- Tenga en cuenta el factor "esperanza", e incluya a un sabio mago, para ayudar al protagonista.
10- Finalmente, deje que el humano se encuentre con el mago y le quite la maldición.
11- En las últimas páginas, logre que el personaje se encariñe con ese lugar y ya no quiera escaparse.
12- Utilice los últimos renglones para escribir diálogos con importante carga emotiva y moralejas infantiles.
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